El Masaje Tradicional Tailandés es una antigua y poderosa forma de integración energética, está diseñado para incrementar y expandir la energía del cuerpo. Por ello, el Masaje Tradicional Tailandés resulta efectivo y terapéutico para el receptor, pero además, cuando se efectúa correctamente, vigoriza y fortalece al terapeuta. Una de las características principales de este sistema es su amplio abanico de posturas, y son ellas las que nos llevan al primer principio del Masaje Thai: el principio del estiramiento .
Esta acción contrarresta la rigidez, incrementa la tracción y el espacio interarticular, mejora la movilidad y favorece la circulación sanguínea. El otro principio trata sobre los puntos de acupresión . Ellos incrementan el flujo de energía en el cuerpo, y con ello ayudan a aliviar el dolor, recuperar el equilibrio e incluso mejorar la postura. Entonces, cuando los estiramientos y los puntos de acupresión se combinan fluida e intermitentemente a lo largo de una sesión completa, el receptor sale aliviado, elongado, con una sensación de vigor y plenitud. Por otra parte, estas experiencias no se reducen solo al receptor, sino que el terapeuta también incrementa su propio flujo energético, elongación y equilibrio mental al emplear la técnica. Esto se debe a que el trabajo se realiza cómodamente y sin esfuerzo, empleando no la fuerza física sino el propio peso corporal, la gravedad, la respiración, y una buena comprensión de la mecánica corporal. El practicante aprende a asir el cuerpo del receptor y llevarlo a posturas de yoga (de ahí que a la técnica se la llame “yoga para peresozos”), de modo que como dador, uno también se tonifica gracias a las posturas. La diferencia entre una experiencia de placer y una de dolor, tanto para el que da como para el que recibe masaje está en la biomecánica. Aquellos que hayan viajado a Tailandia sabrán que muchas veces, incluso en los mejores spas, el tratamiento puede convertirse en una “tortura tailandesa”, pero esto tiene que ver con la falta de experiencia del terapeuta o una instrucción pobre. No importa cuán rígido se encuentre el receptor, el control de la respiración, los movimientos pausados y las presiones rítmicas deben traducirse en una sensación de confort y liberación. Lo mismo sucede para el que ejerce el trabajo, si hay dolor y cansancio después del tratamiento, significa que hay que corregir vicios posturales. El masaje tai tiene todas las herramientas necesarias para transformarse en un potente instrumento de sanación para ambas partes. Cuando a través de la práctica y la experiencia, el terapeuta domina la cadencia, su respiración y su postura, estará practicando el arte de sanar, tanto a los demás como a sí mismo. Suscríbete a nuestro boletín y recibe todas las actualizaciones del blog, más una video-guía de masaje thai para que aprendas a dar un masaje básico ya mismo.
(Fuente: ShivaThai)